sábado, 21 de junio de 2014

CEREBRO Y OLVIDO: ALZHEIMER



                                           1.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS
 
Los primeros estudios relacionados con el tema de la demencia datan desde el año 1892, realizados por  Arnold Pick, neuropsiquiatra de Praga, quien reporta una serie de casos de demencia con atrofia cerebral focalizada en los lóbulos frontales, ese sería el inicio para que posteriormente emerjan nuevos estudios, destinados a determinar la etiopatogenia de las demencias.
 
Cuando el neuropsiquiatra Alemán Alois Alzheimer descubre el primer caso de esta enfermedad en una mujer de 51 años en 1907, la misma que presentaba deterioro cognitivo, alucinaciones, delirios y síntomas focales, cuyo estudio cerebral post-morten reveló, atrofia cortical, placas, ovillos y cambios arterioesclerótico. Tal hallazgo fue una de las más grandes contribuciones a la ciencia y en particular al estudio de las demencias.
Tras los avances que la neuropsiquiatría y la neuropsicología el tema de las demencias y en concreto del alzheimer, fue considerada como una forma de demencia presenil y en los casos que la demencia se presenta posterior a los 60 años esta era considerada como demencia senil, por lo que el criterio se concentraba en lo cronológico.
No es hasta finales de los cincuenta e inicio de los sesenta y en parte gracias a los trabajos de Martin Roth, representante de la escuela inglesa psiquiátrica, que pone la mirada en el problema para lograr una mejor definición; en cuanto a esos neuropsiquiatras, estos ponen en evidencia que la enfermedad de alzheimer es la causa de demencia de los ancianos, declarándose de manera integrada a este cuadro patológico  las formas preseniles y seniles.
 
La evidencia médica era clara y había corroborado a través del tiempo y de nuevos estudios, los aciertos descubiertos por Alois Alzheimer, con respecto a esta enfermedad mental, que aparece en 1910 por primera vez, en el manual de psiquiatría, octava edición propuesto por el profesor Kraepelin. 
 2.- ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LA ENFERMEDAD
La demencia ha sido y es una de las enfermedades neuropsicológicas más incapacitantes e indignas que puedan llegar a experimentar los seres humanos. En el plano de la salud mental, las demencias en cualquiera de sus manifestaciones luego de las psicosis, se constituyen en las dolencias que arruinan al sujeto en los ámbitos de la familia, de lo social y de lo personal, con lo que evidencia la fuerza de la incapacidad y de padecimiento no solo del paciente sino también de sus cuidadores.
 Rodriguez et. al  (2009) señalan que toda enfermedad mental o neurológica, generan una carga de morbilidad importante, aunque en si misma da lugar a pocas muertes directas. Sin embargo ellas y en particular el alzheimer, lo que si generan son dos condiciones fundamentales que dañan la calidad de vida no solo del que la padece sino también de quienes asumen sus cuidados como ya fue advertido en las líneas anteriores. Un criterio se orienta en la consideración anterior, hace referencia a los años de vida perdidos por la incapacidad que produce la enfermedad, que para el caso del alzheimer y la psicosis, se extiende a sus cuidadores, mientras la otra se orienta a la concepción de carga o sufrimiento.
 
Rodriguez et. al  (1992)  indican que con respecto a este asunto, se estiman que los trastornos neurológicos y mentales representan el 13% de la carga global de las enfermedades. El cálculo para los años noventa sobre la intensidad de la carga para América Latina y el Caribe, según esos mismos autores, se calculó en el 8,8%, sin embargo ya para el 2002,  tal marcador se eleva al 22.2%, lo que refleja la tendencia del crecimiento del problema de las enfermedades neuropsicológicas y neuropsiquiátricas, que incluye el alzheimer.
 La probabilidad de experimentar esta enfermedad se incrementa con el transcurso de los años, es decir con el envejecimiento de la persona, luego de arribar a la sexta década de vida, aunque esto no signifique que toda persona que envejece o que llegue a la vejez necesariamente tenga que padecer de esta enfermedad. Por lo general esta dolencia se constituye en el heraldo de las afecciones de las demencias en las personas, se estima de una manera arbitraria, que esta dolencia alcance entre el 50 al 70% de las demencias y del problema de los deterioros funcionales superiores.
Es conveniente en este punto establecer una diferencia esencial entre vejez y envejecimiento. Entendemos por vejez al proceso natural de alcanzar una nueva etapa o periodo del ciclo de vida de las personas, evento que no debe asustar. Mientras que envejecimiento es proceso que se alcanza a lo largo de toda la vida evolutiva de una persona. Ninguna de los dos momentos justifica per sé la adquisición de un estado demencial como fase natural que se debe alcanzar.
 Por lo general las alteraciones de tipo afectivas y otras como la ansiedad, demencias y psicosis entre otras, se vuelven especialmente relevantes cuando aparecen en personas con edades avanzadas. Estos cuadros pueden poseer la capacidad de enmascararse, por lo que surgen deterioros cognitivos progresivos y emocionales que pueden inducir a estados de compleja confusión, con cuadros subclínicos o clínicos seniles los cuales despintan un diagnóstico más oportuno con respecto a la demencia y al alzheimer particularmente; más aún cuando las patologías mentales suelen coexistir con dolencias físicas que se complican con problemas sociopsicológicos.
                            3.- DEFINICIÓN Y DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD
 De La Vega (2014) propone que el alzheimer es una enfermedad degenerativa de tipo primaria del cerebro, cuya característica principal estriba en el declive progresivo de las funciones cognitiva, tales como la función de la memoria, el pensamiento, la comprensión, el cálculo, el lenguaje, la capacidad de aprendizaje y el juicio.
El diagnóstico de las demencias se emite cuando el declive de estas funciones, afecta al sujeto y su desenvolvimiento socio-familiar, es decir afectan la funcionalidad del sujeto y rompe su cotidianeidad como la de los suyos. Por lo general el comienzo de la enfermedad es insidioso y de lento deterioro aunque es preciso diferenciar, los declives de la enfermedad con los declives fisiológicos de las funciones mentales por la edad de quienes la padecen, pues estas son mucho más lentas, menores y más gradual  en cuanto a la discapacidad que suelen generar esta es  más leve.
Para la OMS (2001)  la edad de inicio de la enfermedad se ubica entre los 60 a 65 años, lo que no significa que el alzheimer se encuentren casos en edades más tempranas de las indicadas; aunque es importante decir que este organismo reconoce dos fenómenos relacionados con la demencias, el uno que afirma pasada la edad de inicial es decir cuando es de presentación tardía, esto tiende a duplicar el indicador de morbilidad de esta patología, mientras el segundo fenómeno hace referencia a que al aumentar la esperanza de vida en la población, con ella también se incrementan los casos de esta enfermedad.  
 Este mismo documento que habla sobre la carga global la enfermedad 2000, ubica la prevalencia de esta enfermedad, en adultos mayores de 60 años, donde del total de las enfermedades los varones encuentran el 5% de esta enfermedad mientras que para las mujeres es el 6%.
Hoy en día los avances exploratorios para la detección temprana de la enfermedad de alzheimer, permiten la obtención de un diagnóstico temprano, los exámenes complementarios y de laboratorio, permiten diferenciar un simple problema de pérdida de memoria, un examen de sangre permite establecer si existe falla en la tiroides o si se trata de una avitaminosis  del complejo B.
La imagenología ha jugado un papel fundamental en el tema del diagnóstico, como el caso de la tomografía de cráneo y la resonancia magnética, las cuales permiten discriminar la existencia o no de tumores, accidentes cerebro- vasculares, infartos cerebrales, hematomas y contusiones. Sin embargo un proceso ineludible para lograr ese diagnóstico resulta ser la evaluación neuropsicológica que se debe realizar a fin de determinar de manera puntual la enfermedad así como los daños en las diferentes funciones superiores. Sin embargo antes de poder sospechar de un alzheimer, es imprescindible la diferenciación y detección clínica de lo que se conoce como deterioro cognitivo leve. 
 4.- ENVEJECIMIENTO Y DECLIVE DE LAS FUNCIONES MENTALES
(Deterioro cognitivo Leve)
El estudio del alzheimer necesariamente demanda la necesidad de establecer unas diferencias mínimas con  respecto a otras formas de expresión naturales de quiebre o declive de las funciones cognitivas producto del envejecimiento, así como también de otras entidades clínicas previas a la configuración de un cuadro propio de una demencia.
Otero & amp; Scheitler (2003) plantean que el envejecimiento de las funciones cognitivas es un asunto bastante complejo y como contrapartida tiene incorporado el riesgo de que su diagnosis temprana, pueda terminar por sesgarse, por cuanto no se cuenta con un criterio único sobre la idea del envejecimiento cognitivo normal. Con relación a esto es posible encontrar varios autores, que proponen que se produce con la vejez cierto grado de declinación fisiológica en la senescencia, que determina un enlentecimiento en los procesamientos de la información y con cierto decremento en las capacidades para codificar, almacenar y evocar información necesaria, Lezak (1999).
Desde hace varios años ya se ha establecido la necesidad de aclarar las diferencias entre el envejecimiento normal y las primeras manifestaciones del alzheimer, desde la mirada de la clínica y de lo neuropatológico. Aunque existe controversia sobre este tema y en particular sobre la caracterización clínica del tema e inclusive del concepto de deterioro cognitivo leve, se han realizado aproximaciones diferenciadoras con fines aclaratorios y terapéuticos.
Petersen (1999) indica que la condición patológica del déficits cognitivo leve distingue de manera clara a los sujetos de sus pares normales con respecto al declive funcional superior, pero que tal condición es insuficiente como para cumplir con una condición de enfermedad como la demencia o el alzheimer; el autor plantea los siguientes criterios para identificar el cuadro.
a)    Síntomas subjetivos de la pérdida de la memoria.
b)    Síntomas confirmados por terceros informantes válidos.
c)    Estudio neuropsicológico de la memoria que muestre un descenso consciente pero moderado de la función con carácter moderado.
d)    Las actividades de la vida diaria (AVD), continúan normales no compatible con la demencia.
e)    El estado actual no puede ser explicado por otra cauda médica.
 Finalmente es valioso señalar que una diferencia socio funcional del sujeto que tiene la condición de deterioro cognitivo leve a diferencia del sujeto que declara un cuadro demencial, posee remanentes y recursos compensadores suficientes, como para ejecutar sin problemas mayores sus diversas actividades instrumentales cotidianas, por lo que no evidencia un deterioro de su vida productiva y social.
                  5.- DETERIORO NEUROPSICOLÓGICO DEL SUJETO CON ALZHEIMER
 Por lo general los sujetos que debutan con esta enfermedad,  presentan un carácter insidioso de la misma, con un deterioro progresivo del área cognitiva, donde la memoria es la primera función en evidenciar esos problemas que complican al sujeto en su vida productiva, para tener una mejor idea veamos algunas características del cuadro y su evolución en las distintas momentos en que se expresa la enfermedad y que se relacionan con las distintas etapas de su evolución clínica.
 Fase inicial: La enfermedad tiende a pasar desapercibida por el sujeto afectado con alzheimer así como por los familiares que ulteriormente serán encargados de su cuidado; las primeras manifestaciones se concentran en pequeños olvidos, “por fallos en la capacidad de memoria reciente” que traen consigo también pequeños problemas en su vida productiva y social. Este tipo de problemas a este nivel, puede afrontarlos o resolverlos con cierta facilidad y encontrar, soluciones a los conflictos generados por esta situación, en la medida que aún le quedan recursos cognitivos para hacerlos. Aquí radica en esencia la dificultad para diferenciar y diagnosticar de manera temprana el alzheimer, en tanto que esos fallos de la memoria por ser menores logran confundirse mucho con los olvidos funcionales que puede experimentar cualquier otra persona y que no necesariamente desembocara en un grado de enfermedad.  
Progresión del daño en la memoria: Esto implica un avance en el cuadro evolutivo de la enfermedad y el agravamiento de sus síntomas, al llegar el paciente a este nivel, los pequeños fallos del funcionamiento de la memoria del nivel anterior, son un poco más evidentes, en tanto se suma a los olvidos que se viene presentando un nuevo componente de carácter cognitivo-afectivo que tiene que ver con sus estados de confusión que complica de la clínica del caso. Aquí la pérdida de la función memoria es más notable y se asocia a la experiencia, el reconocimiento del propio sujeto de un problema mayor, que tiene que ver con la reducción de su capacidad de aprendizaje, el cual está ligado a la dificultad de reconocer y recordar nueva información que complica su vida cotidiana. Este avance en el  deterioro del sujeto a mi modo de entender, sería la primera la evidencia que nos inducirían a pensar que la fase de “deterioro cognitivo leve”  ha logrado alcanzar un nuevo estadío. 
Las neurociencias dan evidencias claras del daño que la enfermedad del alzheimer genera en la “memoria de trabajo”, la cual entenderemos como la capacidad que posee el sujeto para mantener activos los elementos mnémicos que intervienen en la realización de una tarea cualquiera sea esta, la cual puede variar de un acto operativo simple o un dialogo en curso que se ejecuta y se pierde en la medida que se va realizando, por ello un olvido rompe la cadena del proceso y la tarea junto con la lógica de lo que se está ejecutando.       
Daño de las funciones ejecutivas: Si afirmamos que la función ejecutiva es el conjunto de procesos cognitivos integradores, capaces de producir y orientar la conducta hacia metas concretas así como de acciones de la misma naturaleza para la consecución de las mismas. La función ejecutiva faculta al sujeto para formular objetivos claros, elaborar comportamientos puntuales para ese fin, anticipar las consecuencias que puede traer esas conductas, planificar u organizar sus reacciones y conductas y supervisar sus comportamientos para modificarlos en el camino en caso de necesidad con ajuste al entorno. Noreña et al. (2001)
En esta fase el sujeto al experimentar daños en la función ejecutivas los cuales son progresivos que a más de incrementar su estado de confusión, inicia con una serie de grandes problemas que terminan por quebrar su funcionamiento social autónomo, que lo ponen al sujeto en franco retraimiento de su actividad productiva. En esta fase el paciente no puede como en la etapa inicial de la enfermedad resolver problemas ya en tanto ya no tiene remanentes mnémicos y/o recursos cognitivos que se lo permitan desempeñarse eficientemente, sino que por el contrario esta situación tiende a deteriorarlos mucho.
Deterioro del proceso del lenguaje: En este aspecto y como consecuencia de los olvidos del deterioro cognitivo leve de la fase inicial de la enfermedad de alzheimer, los pacientes manifiestan dificultades para recordar palabras, sea para comprender lo que se le dice o encontrar palabras para poder comunicarse, el problema de esta función como en todas las demás áreas y procesos cognitivos, tiende a empeorar, situación que va desde la dificultad o limitación para hablar hasta poder sostener una conversación. Para algunos expertos el daño que se produce en la memoria de trabajo y en el sistema atencional supervisor, son la base que explican esta discapacidad que produce la enfermedad.
Aquí debemos también indicar que un agravante al problema del lenguaje y formas de la comunicación del paciente con alzheimer, se relaciona con los daños que la enfermedad produce en la memoria de largo plazo, de modo más puntual en lo que se relaciona “con la memoria declarativa”, donde se conservan datos históricos vividos por el sujeto como hechos, datos que sin degradarse resultan dificultoso e imposibles de recuperar, que en casos extremos, generan la idea de un sujeto sin historia. Casi de igual característica en cuanto a daño, se produce en la memoria procesual, la cual funciona a manera de pautas de acción que direccionan al sujeto a realizar con éxito una tarea que intente realizar. Lo que lleva al sujeto a un estado de incapacidad y de total aislamiento con el mundo que lo rodea.
 Desintegración de la personalidad: Otra de los aspectos del proceso del deterioro neuropsicológico de las personas con esta enfermedad, es que a medida y gradualmente se van complicando, dado el deterioro de sus procesos cognitivos, también se van complicando las otras esferas psíquicas en el sujeto. En el conjunto de los daños de la enfermedad en referencia a más de los problemas cognitivos serios, también se ve afecta la personalidad del sujeto, debido a que va experimentando, en la medida que evoluciona esta, cambios en el comportamiento, los cuales van desde estados de irritabilidad, ira, agresividad, hasta llegar a la declaración absoluta de los cuadros demenciales, que estos pacientes suelen presentar.
             6.- FISIOPATOGENEA DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
La evidencia de que el alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa radica, en las dificultades de algunas funciones neuronales particulares, este es el argumento principal para que algunos investigadores vean al alzheimer más como un síndrome.
Lo que caracteriza a la enfermedad es una pérdida selectiva de neuronas en el hipocampo, estructura que tiene que ver con los procesos de la memoria, ello condiciona entonces los marcados problemas que se evidencian en como fallos mnémicos los cuales van a ir desorganizándose de forma gradual y sostenido, también se evidencia perdida neuronal en la corteza cerebral.
Hardy (1979) indicaba que los pacientes con esta enfermedad presentan dos tipos de lesiones muy características, la primera es la formación de placas seniles o llamadas también de ß-amiloide que son extracelulares mientras el segundo daño se genera por la presencia ovillos neurofibrilares que se forman como consecuencia de presencia de proteína tau fosfoforila que opera a nivel intracelular, cuya actuación implica la afección de la estabilidad de microtúbulos los cuales son fundamentales para la conexión axonal, el incremento de esta proteína desestabiliza la función microtubular, rompe la conexión axonal y produce la muerte de las neuronas.
                 7.- ESTADÍOS EVOLITIVOS DE LA ENFERMEDAD
La gama sintomatológica del cuadro es un poco amplia en tanto la enfermedad va afectando varias áreas funcionales y comportamentales del sujeto que padece esta enfermedad. Para tener una mejor idea del tema veamos los aspectos más relevantes  que caracterizan el cuadro clínico del alzheimer.
1.    Manifestaciones tempranas de la enfermedad.
1.1.- Olvidos de progreso lento. La primera manifestación inicial del cuadro hace su presentación con fallos de la memoria, los cuales tienden a generalizarse e ir complicando de a poco al paciente en sus principales actividades, a modo de ejemplo diremos que una ama de casa, podría desde olvidar las llaves, el dinero para las compras, entre otras cosas básicas pero al tiempo fundamentales de su actividad cotidiana.
 1.2.- Confusión y dificultad para tomar decisiones:  Una consecuencia ligada de la primera manifestación, son los estados de confusión, que esos olvidos conllevan, en esta fase de la enfermedad y al mantener grados de consciencia sobre lo que está aconteciendo, el paciente comienza a experimentar un  marco dubitativo que marca su funcionalidad con respecto a tomar de decisiones de cosas o situaciones  que antes le resultaba relativamente fácil realizar.
1.3.- Trastorno de la personalidad y del humor: En las primeras manifestaciones de esta enfermedad, los pacientes llegan también a evidenciar cambios en sus formas de ser, que son fácilmente advertidos por las personas que conviven. La irritabilidad, la expresiones de enojo y mal carácter son la revelaciones con cierta constancia que también presentan los pacientes en esta fase.
 1.4.- Desorientación temporo espacial: Como consecuencia de los progresivos olvidos y los estados de confusión que puede disimuladamente generar los pacientes en esta fase, se produce un deterioro el mismo que tiene que ver con la pérdida de referencias del tiempo y del lugar, que complican un poco su bienestar y orientación.
2.    Manifestaciones intermedias de la enfermedad.
2.1.- Dificultad para reconocer amigos y familiares: En esta fase de la enfermedad, el problema de la memoria se deteriora aún más, al punto que el paciente empieza a desconocer a familiares o amigos cercanos que antes reconocía sin dificultad, este evento marca un grado más avanzado de daño y marca una expansión del proceso degenerativo que experimenta el paciente.
2.2.- Descuido de la vestimenta e higiene personal: La evidencia del deterioro cerebral del paciente se concreta también las fase de despersonalización y des-realización que pueden llegar a experimentar, en este nivel de avance de la enfermedad, problemas como la de perder hábitos higiénicos que antes poseía, hasta el punto inclusive de perder la lógica del uso y combinaciones de las prendas de vestir, que en casos de mayor deterioro inclusive pueden llegar a desnudarse o realizar su necesidades esfinterianas en público.  
 2.3.- Se pierden dentro de la casa y también en la calle: La agudización del daño en el paciente llega a desorientarlo de tal manera que este puede provocar que el paciente pueda sentirse desorientado y completamente perdido en su propia casa y de un momento a otro y de modo recurrente, es decir de pierde de salir del dormitorio para ir al baño u otra parte de la casa. Tal situación también puede ocurrirle en la calle, evento que expone mucho más al paciente si no encuentra apoyo o asistencia.
 2.4.- Reactivos y con mucha irritabilidad:  Para esta fase la sensibilidad y la tolerancia a estímulos o situaciones que se perciben como desagradables es muy baja, razón por la cual y ante la mínima situación, los pacientes suelen responder con mucha hostilidad o ira que pueden canalizarla hacia sí mismo, hacia objetos o en su defecto pueden en algunos casos, expresar cierta forma de violencia verbal en la mayoría de casos, aunque existen reportes de conducta hostil física hacia sus cuidadores.
 2.5.- Incapacidad para la autonomía: Cuando los pacientes llegan a este nivel de la enfermedad y dada las manifestaciones que hemos indicado en los ítems anteriores, ello es indicativo de la imposibilidad que tiene el paciente para mantener actividades de autonomía y autocuidado personal. Ya en este nivel la enfermedad tiene una gran carga de discapacidad como de carga de malestar objetiva y subjetiva para el paciente y su cuidador. 
                        
3.    Manifestaciones tardías:
3.1.- Incremento de las horas de sueño:   A diferencia de los cuadros que presentan los ancianos en cuanto a horas sueño estos suelen dormir menos de 5 horas,  en el caso de los pacientes con alzheimer, la horas de sueño y en la fase tardía, suelen a aumentar, es decir duermen más de las horas que los adultos mayores suelen o necesitan hacerlo. Esta situación del sueño incrementado, disminuye de manera significativa la actividad física del paciente que tiene a generar entre atrofias en el sistema osteo-muscular así como también a generar úlceras de cúbito en la piel que se infectan por el tema de pasar mucho tiempo en cama o sentados.
 3.2.- Dificultad para deglutir y pérdida de peso: La pérdida del tono muscular y en específico el debilitamiento de musculatura que tiene que ver con masticar y el  deglutir, van complicando el cuadro del paciente, pues la pérdida de peso incrementa las fases de debilitamiento, que pone al paciente en mayor riesgo.
 3.3.- Rigidez muscular: Piera (2014) indica que esta fase corresponde a la séptima en la clasificación que presenta esa investigadora, fase a la que nosotros estamos llamando tardía; en independencia de ello, la enfermedad de alzheimer,  en este nivel comienza experimentar una rigidez generalizada que le impide no solo la marcha, sino también procesos más vitales como lo es la alimentación. Adicional y para complejizar más la situación deteriorada del paciente, este pierde totalmente el control del esfínter, inicia su postración en la cama,  que incluye la dificultad para articular palabra, con lo cual se pierde toda forma de comunicación con los pacientes cuando llegan a esta fase.
 3.4.- Problemas respiratorios y muerte:   El promedio general de vida de un paciente con alzheimer es de 5 a 10 años de padecimiento de la enfermedad, aunque pueden existir casos que duren un poco más. Los primeros problemas serios que ponen ya cierto grado de riesgo a la vida de los pacientes se relacionan con problemas respiratorios, siendo la causa más común de muerte de un paciente con alzheimer la neumonía por aspiración, como corolario de un estado muy intenso de postración. 
 8.- TRATAMIENTO
 
No existe un tratamiento que ponga a la enfermedad de alzheimer en proceso de remisión ni siquiera a nivel estacionario, sino más bien el tema cruza, por ser tratamientos de orden paliativos, que de alguna forma, difieran en lo posible el avance galopante que llega a tener esta enfermedad. Los medicamentos de elección para la enfermedad que estamos describiendo corresponden a los llamados “inhibidores de la colinestersa”, elaborados para controlar la sintomatología objetiva de la enfermedad.
 Las personas que padecen esta enfermedad presentan bajos niveles de acetilcolina, mensajero químico involucrado en la conexión sináptica entre las células nerviosas. La administración de inhibidores de la acetilcolina funcionan retardando la degradación metabólica de la ACh[1], para porporcionar una fuente adicional de ese componente químico para la comunicación intracelular.
 Con ello se contribuye a retardar el deterioro cognitivo que la enfermedad genera, la misma que tiene un grado de efectividad en la fase intermedia, que es la fase en que la mayoría de los pacientes, visitan las consultas de los profesionales, para obtener un diagnóstico de su condición de deterioro y daño de la salud mental.
Veamos el siguiente esquema medicamentoso recomendado para el caso de la enfermedad de alzheimer:
  • Precursores de la acetilcolina (PIRACETAN)
  • Inhibidores de la acetilcolinesterasa  (DONEPEZILO –RIVASTIGMINA) 
  • Vasos dilatadores
  • Agonistas dopaminergicos
  • Bloqueadores de canales de calcio (NIMODIPINA MEMANTINA)
  • Para la agitación  o agresividad se administra neurolépticos
·         Mantener la seguridad del paciente y control de su estado general
 9.    REFRENCIAS  BIBLIOGRAFICAS
 
De la Vega, R. y Zambrano, A. Alzheimer [en línea]. Circunvalación del Hipocampo, octubre 2013 [Consulta: 12 junio 2014]. Disponible en: http://www.hipocampo.org/alzheimer.asp.

 Hardy (1997) Hardy J. Amyloid, the presenilins and Alzheimer's disease. Trends Neurosci 1997; 20: 154-159    

 Kolb, Bryan & whiswhau, Ian. (2006) Neuropsicología Humana. Editorial Médica Panamericana, España, 5ta edición.
 

         Lezak M. Neuropsychological Assesment. 4th ed. New York:Oxford University Press;          1999: 288 p.

 
         Noreña et al. (2001) Efectividad de la rehabilitación neuropsicológica en el daño          cerebral adquirido (II): funciones ejecutivas, modificación de conducta y          psicoterapia,  uso de nuevas tecnologías. Recuperado en www.neulogía.com/pdf/Web/5112/be120733.pdf

 Organización Mundial de la Salud (2001) Informes técnicos de enfermedad mental.

 Piera (2014) Fases clínicas de la enfermedad de Alzheimer. En http://www.medicina21.com/doc.php?apartat=Dossier&id=34    
 
              Petersen et al. (1999) Mild cognitive impariment clinical, caractirizacion     and           outcome. Arch Neural.

 Rodriguez,  H. y Toledo R.  (2009) Aplicaciones al estudio del alzheimer, editorial pirámide, Madrid – España.

                  
Rodríguez, j. Konh, R. y Aguilar-Gaxiola, S. (2009) Epidemiología de los trastornos mentales en América Latina y el Caribe En http://es.scribd.com/doc/221515340/Epidemiologia-de-Los-T-Mentales-de-L

                         Dr. Carlos López Haz

                                                

 

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[1] Acetilcolina


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