domingo, 29 de noviembre de 2015

BREVE ANÁLISIS SOBRE VICTIMIZACIÓN EN EL ECUADOR

http://uguayaquil.bumeran.com.ec/bolsasplus/uguayaquil_2128190/images/logo-ugye.jpg       

      
          UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS

SEMINARIO
 DE PSICOLOGÍA JURÍDICA
ENSAYO

¿CUÁLES SON, EN SU OPINIÓN, LAS PRINCIPALES LECCIONES DE LA VICTOMOLOGÍA PARA LA CASUISTICA DE LAS VICTIMAS Y LOS PROCESOS DE VICTIMIZACIÓN EN EL ECUADOR?


AUTOR:   Dr. Carlos López Haz. MSc,


“Las pseudociencias son como las pesadillas: se desvanecen
cuando se las examina a la luz de la ciencia”.
Mario Bunge


INTRODUCCIÓN

            La psicología como ciencia ha tenido un desarrollo rápido y sostenido desde que ella fuera declarada como ciencia independiente en Alemania, a finales de del siglo XVIII, tal evento sin duda asombró al mundo del conocimiento y de la academia de la época, en la medida que se presentaba una nueva ciencia capaz de explicar o intentar por lo menos, descubrir la leyes primarias relacionados al comportamiento humano, fenómeno social que ha sido un agente de interés en todos los tiempos.

            Esta declaración rudimentaria de un primer aparato psicológico expresado como conciencia y manejado desde la perspectiva experimental Wundtiana, se constituyó  en un camino una vía para desarrollar, toda una ciencia que al paso de varios siglos, se ha convertido en un gran núcleo un gran tronco, definida como Psicología General, de la cual con firmeza se han desprendido o ramificado de ella sin posturas de rompimiento con ella, subdisciplinas que han logrado el reconocimiento de la academia y de organizaciones importantes, como es el caso de la APA (2015)[1] la misma que registra 56 divisiones de psicología, entre las que se destaca la Psicología Clínica, la Psicología de la Salud, la Psicología de la Familia, la psicología social, Análisis de la conducta, la Psicología Comunitaria, la Psicología Militar, la Psicología Infantil entre otras.

            En esta dirección tanto la Psicología General como las Psicologías aplicadas han encontrado en la necesidad puntual de un problema de la profesión, no solo su justificativo social y académico de existencia, sino que también ha tenido la oportunidad en ese ejercicio para delinear su objeto de estudio.

            Es aquí entonces donde al presentarse la oportunidad de hablar sobre Psicología Jurídica para abordar el tema central del presente trabajo científico, es donde advertimos la existencia un quiebre de mucha significación de esta tendencia con respecto no solo de la psicología troncal sino que también con las psicologías aplicadas, como es el caso de la Psicología clínica, la Psicología social, la Psicología de la salud y la Psicología comunitaria, la Psicología de la familia; así como con disciplinas como la Psiquiatría, la sociología y la Jurisprudencia, en su expresión más universal como lo es el Derecho.  

            Al ser la Psicología Jurídica una disciplina de segundo nivel en la medida que a ella le antecede la doctrina y las posturas del Derecho y de la Jurisprudencia y en la medida que  su esfera de actuación hablando de la psicología Jurídica, se concreta dentro del sistema judicial de un país, ello condicionada y delimita su carácter de independencia, carácter que siempre la Psicología General así como las Psicologías aplicadas, lo conservan.

            El problema entonces radica en pretender configurar como disciplina científica a la Psicología Jurídica  cuando en realidad sus temas de trabajo son de naturaleza interdisciplinaria, en tanto en esos aparentes problemas de la profesión, perfectamente encuentran solapamiento de las otras Psicologías como también de esas otras disciplinas.    

            La interrogante se desprende por sí misma, ¿Qué nos queda de Psicología Jurídica si a ella le retiramos los aportes tomados al arbitrio de las Psicologías aplicadas?  La respuesta es “muy poco” Esta reflexión entonces alcanzaría para un tanto para entender por qué la APA, no reconoce a la Psicología Jurídica como una “división independiente” a pesar de existir una fuerte corriente en el mundo de hablar y escribir sobre estos tópicos.

SOBRE PSICOLOGÍA JURÍDICA

            Morales y García (2010) al respecto de la Psicología Jurídica señalan que la definición de Psicología ha experimentado toda una variedad de modificaciones durante su proceso de consolidación, en ese tránsito y dado el contexto en el que actúa, ha recibido nombres como: Psicología Forense, Psicología Legal y la más reconocida  Psicología Criminológica.

            APA (2010) reconoce a la American Psychology - Law Society como la división 41 en su sistema de clasificación de las Psicologías, a quien la define como una esfera de la Psicología que aplica sus principios ligados al campo legal, al tiempo que estudia la interacción entre la esta disciplina y el sistema legal; ello es lo más cercano a lo que se define como Psicología jurídica. Sin embargo la aplicabilidad de los constructos y fundamentos teóricos se encuentran postergados a  primaria acción de un delito o de un rompimiento de la ley.

            Soria (1998) sobre Psicología Jurídica en base a la serie de clasificaciones que han surgido, ha tenido en Estados Unidos, Europa y América Latina, propone un ordenamiento un tanto similar a los otros; para el autor la Psicología Jurídica se destaca principalmente en la áreas de lo penal, policial, esfera penitenciaria, delincuencial del menor, resolución de conflictos y la victimología.   

            La Criminología y la victimología son esferas de trabajo de la Psicología Jurídica, las cuales tiene historias compartidas con así como situaciones distintas en su desarrollo, pero todas ellas ligadas al derecho. Tanto la criminología como la victimología encuentran en su origen en los escritos de novelistas y de sociólogos, lejos estaba que la Psicología como tal, señalara las primeras aproximaciones a esta nuevas disciplina.

               Es para la década de los setenta que se inicia a hablar sobre la “victima” y este mérito de los reconoce a Hans Von Hentig como el padre de la criminología, para este autor, el proceso de la victimología tiene necesariamente dos actores a saber: el victimario y la víctima, correspondiéndole a este último un papel de contribución de su propia condición lo cual es cuestionable y debatible.

            Muraro (2015) siguiendo a Von Hantig comenta los cinco tipos psicológicos los cuales se reconocen por las características típicas que los configuran, como por ejemplo el “depresivo que encuentra disminuido por su estado su concepto de auto-conservación, por lo que se expone al riesgo; el “ambicioso” que se vuelve victimizable dado su grado de ambición; el Lascivo que se aplica a las mujeres a los delitos sexuales o en su defecto a sujetos que ha provocado o inducido el acto; el “solitario o acongojado” el cual descuida su defensa en busca de compañía o consuelo; el “atormentador”  que martiriza a otros hasta llegar a victimizarlo y finalmente el “bloqueado, excluido agresivo” quien  en su imposibilidad de defensa y marginación se constituyen fácilmente en víctimas. 

            Existen muchos modelos teóricos que pueden explicar de alguna manera pero el que más se ajusta, es sin duda el del entorno y el de los factores psicosociales, pues ellos se constituyen en agentes de configuración de esas manifestaciones que los sujetos  que se constituyen en sujetos con perfiles de ser potenciales víctimas en sociedades como las nuestras en el mundo de hoy.

OFENSOR Y VICTIMA
ESPACIOS DE RECONCILIACIÓN

            Una nueva agenda a trabajar se propone la victimología moderna es la que algunos están llamando momento de la reconciliación, la misma que se constituye como un espacio para acerca a victimarios y víctima, con el fin de sanar o recuperar a los actores que ha experimentado alguna forma de daño por la concreción de un delito.

            Fattah (2014) sobre este tema señala que este espacio de reconciliación entre el ofensor y la víctima, ha ganado interés y popularidad, aunque reconoce que no es un proceso fácil. Aunque la tarea primordial en este espacio o por lo menos en la mayoría de ellos,  es garantizar la restitución por parte del ofensor hacia su víctima así como supervisar que el victimario cumpla con el proceso de “mediación” que está obligado a realizar.

            Elías (1983ª, 1983b) hace referencia a la experiencia americana de intentar recompensar a la víctima por parte del agresor, como un intento de aliviar y también de ejercer en el ofensor un proceso de cambio.

            El tema es algo complejo en tanto se intenta aproximar al sujeto sano y violentado con el sujeto insano y ofensor por naturaleza, mediado por un sistema que de alguna manera no ha logrado proteger al ofendido, que en casos algo comunes, suelen ser víctimas de dos hechos delictivos, lo que matiza ya de modo particular y singular al actor y sus vivencias.

            Existe controversia en el tema por cuanto se considera que el ofensor de base tiene un trastorno de conducta o de personalidad u orgánico en algunos casos y por lo tanto, estamos en referencia de un sujeto con un fondo psicopatológico, que complica la posibilidad de establecer procesos de cambio o remediación en el sujeto. La psicología clínica y la Psiquiatría han reclamado su trabajo con respecto al manejo de los sujetos con estos desordenes, los cuales han delinquido como una consecuencia directa de esas alteraciones y por lo tanto ya son sujetos que a Psicología forense intenta atender desde los constructos de la clínica pero pretendiendo desconocerla.

            Resulta entonces algo muy difícil y hasta raya un poco en lo imposible de intentar realizar procesos de remediación conscientes en sujetos delincuentes con daño moral severo y con diagnóstico de trastornos de personalidad antisocial o psicopatías con sujetos sanos pero afectados por su condición de víctima.

            Aquí también es poco factible establecer procesos de mediación  en la medida que el acto en sí de la mediación, demanda una acción voluntaria de un sujeto para participar en un proceso donde debe responder a los acuerdos que el mediador logre establecer. 

VICTIMOLOGÍA Y REALIDAD ECUATORIANA

            En el país de acuerdo a la última encuesta sobre la percepción del delito, realizada en el año 2011, esta investigación ubica la edad de los 16 años en adelante, como víctimas de robo, estafas, intimidación, lesiones, heridas y secuestro.

            De estos aspectos se destaca dos idea centrales la una que tiene que ver con la idea de que las victimas consideran que  el sector donde radican no es seguro, lo cual se asocia también al sentir de las personas que la ciudad es peligrosa. De manera puntual se debe indicar que la ciudad de Guayaquil no resulta ser la ciudad más peligrosa, a pesar de la percepción de los ciudadanos.

            Según el INEC (2011) Los datos señalan que en Guayaquil apenas el 7.50% de los encuestados  reconocen a esta principal urbe como peligrosa, mientras otras ciudades de la serranía marcaron el 17.35%, ello nos induce a pensar que este sería uno de los factores que contribuiría a la configuración de sujetos que se constituirían en posibles víctimas del delito.

            En esta tendencia es de importancia señalar que la idea de ser víctima de un delito se vuelve como una realidad cotidiana que amenaza la seguridad de los ciudadanos y que afecta notablemente la idea de seguridad, es el temor a ser asaltado en el uso del sistema de transporte público, aquí el marcador resulta de importancia en cuanto el valor registrado fue de 71.89% de los sujetos encuestados, en contraste con la idea de ser víctima de robo en la casa, cuyo índice fue apenas del 20.51%. este abanico de riesgo configura ya en los imaginarios sociales y en los colectivos públicos una condición de vivir en riesgo y configurar con cierta facilidad uno de los tipo personales de victimización de Hantig.

            Si otra de las teorías del delito, hablan de los factores psicosociales que participan en la configuración de agentes que pueden traducirse en la cristalización de un delito que dejará como secuela  una o varias víctimas, las respuestas que dan los ciudadanos encuestados sobre las posibles causas que participan en la generación de delito, ubican al desempleo como primera causa y el consumo de drogas, los marcadores logrados fueron de 23% y 18.65% respectivamente, ubicándose la falta de agentes policiales muy por detrás de esos marcadores, le correspondió el 9.64%

            Estas tendencias de modo particular las dos primeras no encuentran relación con los marcadores socio-políticos que el país declara de manera constante y que de alguna forma le han merecido el nombre del “milagro ecuatoriano” en tanto se han reducido niveles históricos de analfabetismo, desnutrición infantil, la reducción de la tasa desempleo entre otros aspectos, los cuales negaría esas condiciones psicosociales las cuales la teoría de la criminalización y de la victimología levemente comentadas en las líneas anteriores.

            Queda claro entonces que el tema de la seguridad pasa efectivamente por la percepción del sujeto más que por la realidad que se vive en sociedades como las nuestras, a ello se debe sumar el efecto mediático que tiene la crónica roja cuyas finalidades, constituyen elementos que tiende a reproducir o exacerbar las no solo de los ciudadanos que de alguna manera los pone en condición de temor y ello es un inductor del riesgo para la ser víctima, sino que también de algún modo   también alienta a los sujetos  que delinquen.

            Una de las consecuencias que trajo el incremento de la percepción de la seguridad en el Ecuador, fue el descenso de la institucionalidad judicial y todas sus organizaciones adherentes, este resultado justifica o por lo menos explica los resultados que se obtuvieron, en la encuesta en referencia, así los sujetos investigados encuentra un baja confianza en los organismo de control y protección a la mujer aquí solo el 6,34% de los investigados siente confianza en las “comisarías de la mujer”, vale destacar que ese marcado representa el más alto en la investigación en la cual nos estamos  respaldando para este análisis. Otra de las instituciones simbólicas relacionadas con el sistema judicial como lo es la policía especializada en menores encuentra la segunda posición alta con apena el 5.93% de las respuestas de los sujetos participantes.

            Algo que en la lógica y en la dirección que llevan las respuestas sobre la percepción disminuida sobre la seguridad de los ciudadanos encuestados, y que debía consultarse, cuyo valor logrado era de esperarse en los resultados obtenidos en esta dirección, sobre la institución insigne del sistema legal ecuatoriano como lo es la “fiscalía”, esos resultados hablan de un total desacuerdo y desconfianza, al punto que la puntuación que se registró resulta ser una de las más bajas en este estudio, así el registro fue de apenas el 4.28 % de confianza, ese  resultado es crítico. La diferencia es mínima y la tiene la confianza en el “sistema de rehabilitación social” donde el marcado fue de 4.07.

            Los resultados de estas dos últimas variables indican de manera categórica la crisis del sistema judicial para la época que de planteó este estudio, cuyo sentir  en la población se constituyen en factores de riesgo para el control y modulación de la delincuencia y su par inseparable que es la victimización.

CONCLUSIONES

·        La psicología Jurídica no es una disciplina independiente de la psicología y necesita tomar postulados, técnicas, procedimientos, metodologías  de otras psicologías para logar configurarse como disciplina extremada de dependencia con las otras psicologías.

·        La esfera de actuación o trabajo de la psicología jurídica se concreta en el ámbito de la ley y de la legislación,  ello no solamente condiciona o limita a la psicología, sino que la pospone y obliga a esta, a tomar y entrometerse en áreas y esferas de actuación de las otras psicologías.

·          La APA solo reconoce a la psicología de la ley que tiene diferencias sustanciales con lo que  propone a psicología jurídica.

·        Existen varios términos para definir a la psicología jurídica entre los que se conoce a la Psicología forense, la psicología legal, la psicología jurídica entre otros, los cuales tienen diferencias puntuales entre ellas.

·        La temática de la Victimología constituye una agenda relativamente nueva y se encuentra como área de trabajo de la Psicología jurídica, sin embargo carece de métodos propios y requiere usar no solo metodologías y técnicas de otras psicologías, sino también constructos y definiciones. 

BIBLIOGRAFÍA

AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION.(2015) Careers in Psychologys, revista electrónica disponible en http://www.apa.org/action/careers/index.aspx.

AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION (APA). (2010). American Psychology – Law Society. Disponible en http://www.apa. org/about/division/div41.htm

ECUADOR EN CIFRAS (2011) Encuesta de Victimización y Percepción de Inseguridad, disponible en http://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Victimizacion/Presentacion_principales_resultados.pdf

ELÍAS, Robert. (19969) “Paradigms and Paradoxes of Victimology”, Victimology: Selected papers from the 8th International Symposium - Conference Proceedings, eds. C. Sumner and R. Israel, M., O’Connell, M. & Sarre, Canberra, Australian Institute of Criminology, pp. 9–34.
[http://www.aic.gov.au/media_library/publications/proceedings/27/elias.pdf].

FATTAH, Ezzat. (2014) VICTIMOLOGÍA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO, Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología  REFLEXIONES  ISSN 1695- 0194   RECPC 16-r2
MORALES Luz. y GARCÍA Erick. (2010) Psicología Jurídica: Que hacer y desarrollo, revista electrónica Divers.: Perspect. Psicol. / ISSN: 1794-9998 / Vol. 6 / No 2 / 2010 / pp. 237 – 256, disponible en http://www.usta.edu.co/otraspaginas/diversitas/doc_pdf/diversitas_10/vol.6no.2/articulo_3.pdf
MURARO, Federico. (2015) Tipologías de Hans Von Hantig, Centro de Difusión de la Victimología, Buenos Aires – Argentina, disponible en http://fmuraro.tripod.com/von_hentig.htm


SORIA, M. (1998). Psicología y práctica jurídica. Barcelona: Ariel Derecho.



[1] American Psychological Association

0 comentarios: