domingo, 28 de octubre de 2012

MODELO PSICOPATOLÓGICO Y DIAGNÓSTICO CLÍNICO PSICOLÓGICO


MODELO PSICOPATOLÓGICO EN EL DIAGNÓSTICO CLÍNICO PSICOLÓGICO
                                       Dr. Carlos López Haz
     (Tomado de la Tesis para optar por el grado de Dr. en Psicología Clínica)



El modelo psicopatològico obedece a una semiología funcional, medica descriptiva y positivamente, ligado al concepto de enfermedad somática que expresa en signos visibles y manifestaciones muy vívidas en el sujeto un criterio de la enfermedad denominados síntomas, que pueden traducirse en un tipo de alteración biológica microbiana o viral subyacente, que a la luz de la observación, científica, posibilita ser determinado y clasificado como agente externo, en categorías diagnósticas que pueden señalar con cierta facilidad su etiología y curso de afección.

En la actualidad existen muchos epidemiólogos sociales que niegan la concepción de enfermedad, aceptando la concepción de persona portadora de virus o bacterias u otros agentes que inciden negativamente en la salud; al partir de esta premisa la enfermedad es la acción de esos agentes introducidos en la estructura biológica viva y que altera su normal funcionamiento, he aquí la esencia del modelo médico, que sirvió de base en la elaboración del modelo de intervención de la clínica psicológica.

El modelo psicopatológico venido del modelo médico presenta tres debilidades, la primera en relación con el objeto a describir; resulta un poco simplista porque esencialmente esa observación fluctúa en tiempo, espacio y vivencias, mucho más cuando la cultura mediatiza los repertorios de conducta del observado; aspectos invisibles para el observador; la segunda razón esta en la crítica a la asociación e inferencia a la que arriban, debido a que el modelo no permite explicar el fenómeno psicológico observado, esto da lugar a que la etiopatogenia de muchas de sus observaciones sean sesgadas, parciales e interpretadas; la tercera señala que las observaciones carecen de instrumentos validados para tales fines ya que las pruebas y metodologías usadas, describen perfectamente todas las deformaciones de las funciones, pero no su calidad, significación y tipo de interacciones.

Ribot y Janet indicaron que la observación de los efectos en una enfermedad, son el medio eficaz para conocer la organización normal del psiquismo, ya que ello permitía ver la disolución progresiva de los procesos más evolucionados.

Esta afirmación puramente descriptiva obedece a que esas observaciones caen sobre rasgos automatizados y ajenos al control consciente del sujeto y por lo tanto fuera de la mediatización de la personalidad y carente de todo sentido psicológico. Es precisamente aquí donde la psicopatología enfatiza su acción sobre los rasgos individualizados, sin valorar en extremo la significación psicológica que alcanzan los sujetos susceptibles de comparación y análisis.

Esto puede traducirse como la expresión de una Psicología simplista basada en la observación fría y puramente descriptiva, resaltando el carácter fenoménico del problema, con interpretaciones que se esfuerzan por aproximar los juicios del observador a la realidad del observado sin considerar la mediatización personológica de ambos.

El quedar asociados como sinónimos la anormalidad y la enfermedad mental por medio de esta descripción declaran un hecho no causal; ayudados en gran parte por el criterio estadístico, donde lo anormal es una desviación numérica del promedio de una población en particular, mientras que lo patológico queda determinado como todo aquello que escapa a lo más común y frecuente13, lo importante es dar una entidad nosológica.

LA NECESIDAD INSTRUMENTAL COMO DETERMINISMO DEL ENFOQUE PSICOPATOLÒGICO


La simple descripción y comparación social de las conductas no son suficientes para emitir un diagnóstico objetivo sobre la personalidad de un sujeto, esto no quiere decir que el método clínico por medio de la entrevista quede reducido o debilitado como proceso por tal afirmación, el cual puede registrar, valorar y hacer clasificaciones de las alteraciones y trastornos psicopatológicos; sin embargo para el proceso diagnóstico de la personalidad se deben asociar resultados instrumentales junto a otras técnicas que aseguren el conocimiento del sujeto y la explicación de sus conductas.

Valorar la personalidad de un sujeto no es una tarea fácil si lo queremos hacer con actitud científica; en la actualidad se necesita el dominio de un modelo psicológico que sustente el constructo personalidad de manera integral debiendo existir relación con el método y técnicas a usar con los componentes de la personalidad establecida en su base metodológica.

Las pruebas psicológicas dan algunas ventajas en el estudio de la personalidad, aunque su uso exagerado e inadecuado por parte de algunos psicólogos e incluso de empíricos han ido en forma equivocada posicionándola por encima del método clínico, para convertir a esta herramienta de primera elección en el diagnóstico de la personalidad.

La prueba de Minnesota de tiene sus orígenes en el año 1939, nacida de la necesidad tener un instrumento que valore la personalidad de manera objetiva, rápida, de fácil manejo y comprensión para quienes requieran su uso.

El pensamiento pragmático de los autores de la prueba, sesga la investigación clínica del test, esencialmente al modelo psiquiátrico, que estructura una herramienta psicológica de ayuda a la labor del especialista, para detectar condiciones patológicas, de forma rápida, segura y validada con todo el rigor numérico posible; hasta ese entonces, las pruebas proyectivas, se constituían en la herramienta de primera mano, para el trabajo clínico de la época, los expertos reconocían en la percepción una clase importante del proceso mental y de representación del contenido psicológico, que sale a luz cuando se tiene que interpretar datos ambiguos e inespecíficos, de quien intenta ejecutar la orden descifrando el estímulo, teniendo que echar mano de todos sus recursos, patrones convencionales y estereotipos, volviendo la tarea un acto digno de una buena interpretación para entender la personalidad de ese individuo. Estos argumentos no convencían a los autores del MMPI, ya que encontraban tal explicación forzada con serias limitaciones, exageraciones y pobreza de criterios de validez en las pruebas proyectivas. El TAT había invadido el mercado con su aparición en el año 1932, con sus primeras versiones experimentales, las mismas que posteriormente Morgan y Murray durante tres años la corrigen y estructuran para lograr la prueba diagnóstica que presentan sustentada con base teórica analítica en la explicación del inconsciente, de la cual extrae sus sistema patológico Freudiano, posicionándose el instrumento en el mercado clínico de la época al punto que la Asociación Americana de Psiquiatría en su documento Report on survey of current Psichological testing practice supplement to Newsletter Vol. 4 No- 5 señala que esta prueba es usada por parte de los clínicos en un 62 por ciento14.

LA INFLUENCIA DE LA PSICOPATOLOGÍA KRAEPELIANA EN EL MMPI

En el siglo IXX la psiquiatría académica experimenta un desarrollo vertiginoso, teniendo en el francés Esquirol uno de sus más altos exponentes, sucesor de Pinel en la Salpètriere publica su obra “ Des Maladies Mentales”, en donde con claridad y agudeza clínica define las alucinaciones y la monomanía a la que conocemos como ideación paranoie, subrayando el papel de las emociones en la etiología de la enfermedad; los franceses a lo largo de la historia de la psicología y psiquiatría han participado notable y determinantemente pero es Alemania la que estructura y consolida esta disciplina con los trabajos de Griesinger publicados en el libro “Patología y Tratamiento de las enfermedades mentales” que en la opinión de Julio Vallejo Ruilova, esto marca el inicio de una etapa de oro para la psiquiatría, ya que son estos los que por primera vez, formalmente declaran el modelo organicista al afirmar explícitamente que las enfermedades mentales son producidas por trastornos cerebrales, declaratoria que deja ver la búsqueda de estructuras nosológicas, que despiertan una ilimitada dirección por la clínica que da paso a minuciosas descripciones.

Kraepelin en 1883 con apenas 27 años de edad, hace la primera publicación de su libro “Tratado de Psiquiatría” que tiene nueve revisiones, la última circula en 1927 un año posterior a su muerte, donde aparece todo un sistema de clasificación de los trastornos mentales, bajo el modelo organicìstico heredado de su maestro Griesinger, incluido el enfoque descriptivo y longitudinal establecido por Kahlbaum. Kraepelin formula su clasificación obtenida mediante el orden y la reagrupación de síntomas que regularmente aparecen juntos y confunden el cuadro clínico, supuso que se trataba de enfermedades en sentido estricto cuya causa somática, curso y pronóstico serían diferentes en cada una de esas entidades; y en 1899 delimita definitivamente dos enfermedades fundamentales para la psiquiatría: la psicosis maniaco depresiva y la demencia precoz, a la que Bleuler finalmente llamó esquizofrenia, que fuera complementada por Hecker y Kahlbaum denominándolas hebrefrénicas y catatónicas respectivamente, que sumadas a la simple y la paranoia establecían las cuatro formas de psicosis esquizofrénicas que se conocen; el sistema de clasificación de Kraepelin recibió muchas criticas, sin embargo dicho trabajo sirvió para entender en lenguaje común y universal de las entidades señaladas muy a pesar de que el sistema estrictamente etiológico diseñado de esas entidades patológicas fallaba al explicar el contexto clínico de evolución y pronóstico que obligaba a ser complementar con otro sistema teórico más personal y biográfico, que sólo los modelos psicológicos podían ofrecer15.

Si hacemos una visión del conjunto al cuadro psicológico general de la demencia precoz, veremos que existen dos grupos de trastornos que caracterizan a la enfermedad. Por un lado observamos un debilitamiento de aquellos estímulos de la emoción que permanentemente producen los motivos en la esfera de la volición y por otro la vivacidad mental y el impulso a la actividad se apagan; el núcleo de la personalidad es por consiguiente destruido, la mejor y más preciada parte de su ser, como Griessinge expresara con la destrucción de la voluntad personal, se pierde también la posibilidad de ulteriores desarrollos, los cuales dependen enteramente de la actividad de la voluntad.

Stransky en relación del tema, habla de una destrucción de la coordinación intrapsíquica, la cual aflojaría o destruiría las estructuras de la noopsique y de la timopsique en sí mismas tanto como sus relaciones màs complejas simples o mutuas. Esta destrucción se nos presenta en los trastornos de asociación descriptos por Bleuler, en la incoherencia del tren de los pensamientos, en los agudos cambios del ánimo tanto como en las intermitencias y descarrilamientos en las acciones.

Además se pierde, más o menos, la estrecha conexión entre pensamiento y sentimiento, entre deliberación y actividad, las manifestaciones emocionales no corresponden al contenido de las representaciones, es justamente este desacuerdo, entre representación y emoción, que otorga a su conducta el sello de infantil. Stransky rastrea el entusiasmo de la calma también a una conexión mórbida retorcida de este proceder con sentimientos de placer.

Parece existir conexión interna entre los grupos de trastornos aquí distinguidos y los que se forman a partir de nuestra experiencia en una estructura firmemente organizada, en la cual cada parte debe ajustarse a la otra y subordinarse a un plan general que da origen a los conceptos y representaciones generales, como la calma de nuestro temple, el mantener el control ante choques e impactos súbitos. Por último la unidad interna de nuestra voluntad es determinada por las direcciones generales de la volición la cual está siempre viva en nosotros y continuamente monitoriada por los procesos conscientes, los cuales son producto de procesos psíquicos más complejos y elevados de nuestro desarrollo personal y sociocultural; es aquí donde el instrumento presenta su mayor debilidad a pesar de la objetividad trabajada por sus autores, el modelo psicopatològico obtenido no corresponde a un modelo psicológico como tampoco lo es el modelo patológico psicoanalítico, muy a pesar de que algunas de sus categorías clínicas siguen siendo usadas en el ejercicio profesional. Los creadores de la prueba no tuvieron otra alternativa que tomar el modelo psiquiátrico para evitar la subjetividad Freudiana criticada por ellos.

ESTUDIO DEL PERFIL HISTORICO DEL AUTOR DEL MMPI

Starke Hathaway inicia su formación en la Universidad de Ohio, en un programa de ingeniería donde, en segundo año de la carrera, en el módulo de electricidad, estudia el texto con el cual trabajó en el high school, de cuyas practicas ya se había regocijado en el taller que su padre le facilitara en su propia casa; su decepción por la Ingeniería se incrementa mas aún cuando su profesor de matemáticas parecía mas preocupado en dar las soluciones a los ejercicios de clase, que a guiar a sus estudiantes a encontrar la búsqueda de ellos. Esto se incrementa cuando con la finalidad de reducir su frustración, acude donde el director de la carrera de Ingeniería para que le permita practicar en el laboratorio de esa unidad, solicitud que no recibe aceptación y sin embargo como veremos su pensamiento queda influenciado por la información numérico científico de esta disciplina.

Durante su carrera, en el primer año, conoce a connotados psicólogos como Howard Lungstaff, Joseph Gengerelly y Mary Merce, con quienes entabla amistad y suguieren que dialogue con el director de la carrera de psicología Dr. James P. Porter, quien al realizarse este contacto lo acepta de forma inmediata e, incluso ayuda en la gestión de cambio administrativo de facultad, al punto de hacerlo tomar materias avanzadas y exonerándolo de materias de pre-requisito como psicología Médica y Filosofía, integrándolo al grupo que cursaba la materia de pruebas mentales avanzadas, asignándole también las llaves de una bodega del edificio de Psicología y presupuesto para que Hathaway convierta la bodega en un taller de psicología experimental.

Este taller revoluciona la vida del autor del MMPI, porque, entre otras cosas diseña un psicogalvanòmetro, que usa tubos vacíos, pero que solo antes de su incorporación lo aplica en diferentes formas, incluso como detector de mentiras para investigar, a pedido de las autoridades universitarias a estudiantes acusados de robos; así como también a un asesino a petición de la policía de la localidad.

A mediados de la década de los 30, F.S.Skinner, visita Minnesota para construir el trabajo sobre sus cajas negras y elabora las bases para su trabajo experimental, al tomar contacto con Hathaway encuentra puntos de coincidencia así como de discrepancia, en especial a lo que Skinner definió como teoría. En este sentido planteaba que debe existir una relación en la conducta y la expresión neurofisiológica, aun cuando existan conflictos y contradicciones en ambos planos, afirmando que siempre existía algún tipo de modificación que puede ser explicado objetivamente; declara también su interés más a lo que sucede dentro de la cabeza pero dentro del plano del proceso neurológico a diferencia del conductista que también declara querer conocer lo que pasa dentro de la cabeza del sujeto pero skinner optó por una postura mas extrema, reduciéndola en el interés del refuerzo y en la fuerza ambiental.

Starke Hathaway afirma su renuencia a las formulaciones teóricas de otras personas; su postura individualista y escéptica le impide acoger sistemas teóricos vagos y ligeramente fundamentados, que aparecieron contemporáneamente en escena. Para la misma época también toma contacto con Kloper y Samuel Beck líderes del Rorschach, quienes en muchos diálogos lo informan de las pruebas proyectivas que culminan determinando su actitud negativa hacia este tipo de pruebas psicológicas, basadas en las dificultades y limitaciones del instrumento al momento de estandarizarlos, opinión que es consentida por el mismo Kloper, quien al escribir las respuestas al test de Rorschach, en un estudio de frecuencias de respuestas que estaba realizando, realmente ejecutaba con su valoración intuitiva de las respuestas y de las observaciones lo que hacía a diario con el paciente durante el periodo de la prueba16.

Se puede observar como Hathaway, niega incorporase a las escuelas psicológicas tradicionales, mas bien se lo podría ubicar como psicólogo de tercera fuerza dado su individualismo y compromiso humano por concentrarse en el estudio del paciente y la investigación, actitud similar pero no igual a la que Carl Rogers, quien tenía vestigios psicoanalíticos y venia defendiendo la terapia centrada en el paciente en la Universidad de Ohio State; la diferencia entre estos dos autores radicaba en que Hathaway se había investido con un profundo carácter médico, que le dio otra perspectiva del problema y que lo alineó al modelo psiquiátrico muy a pesar suyo que incluso lo llevó a pensar en la posibilidad de volverse médico, ya que solo le faltaban unas pocas asignaturas; lo curioso fue que J. MacKinley es quien se opone a la concreción de esa idea.

Es en Miniápolis en donde se interesa por estudiar neuroanatomía humana, hecho que lo llevó a conocer a Jovian McKinley, quien en esa época era jefe director de la división de neuropsiquiatría y estaba muy interesado en utilizar nuevos tubos amplificadores al vació para el registro electromiográfico en investigaciones fisiológicas; para el año 1936 el hospital de Minnesota ejecuta un proyecto de construcción de una nueva área para dicho centro de salud cuya estructura era de cinco pisos y que pretendía proyectarse como un hospital psiquiátrico; razón por la cual MacKinley invita a Hathaway a trabajar como miembro de su equipo de neurología del hospital de Minnesota.

Un año después, ya en 1937 y en su nuevo desempeño como psicólogo médico entre neurólogos y psiquiatras, y sin conocer totalmente las competencias de su nuevo rol que le exigía un estilo más orientado y aplicado al paciente con sus afecciones psíquicas, a las que debía responder de manera efectiva para mitigar sus quejas y detener el deterioro personal en su esquema de personalidad. El lograr esa tarea y determinar las funciones propias de un psicólogo dentro de un sistema hospitalario lo obliga al autor a realizar visitas a otros hospitales y escuelas médicas encontrándose con psicólogos con un buen desempeño y otros a los cuales los calificó como “probadores mentales” que trabajaban dominados por médicos, habiendo perdido por completo su perfil profesional. Un ejemplo personificado de esto es F.L.Well que poseía amplios conocimientos y muy buenas relaciones profesionales además de ser la única figura de la psicología que se

relacionaba con la medicina manteniendo su identidad de psicólogo. Hathaway, ya con experiencia hospitalaria, cuestiona la contribución del psicólogo en esta área afirma, que el verdadero aporte radica en el uso de las bases de investigación científica, especialmente en la estadística aplicada con base psicológica como la psicometría; juntos con Stuart Cook y Robert Harris inician este tipo de estudio con pruebas cortas e investigaciones serias en pacientes con diagnóstico neuropsiquiátrico; Todas estas actividades lo motivan a Hathaway a mejorar y estandarizar las entrevistas para introducir la utilización de pruebas en las rutinas diagnósticas utilizadas por los neuropsiquiatras considerando la insuficiencia de material psicológico disponible para el diagnóstico y pronóstico de la personalidad.

Apasionado por el modelo numérico usaba la estadística para establecer escalas útiles y válidas, esto lo obliga a ser severamente estricto en la construcción del MMPI, basado en el modelo del establecimiento de diferencias entre significado y distribución, sobreponiendo la acción de las escalas primarias entre los subgrupos y los criterios clínicos existentes; No es amigo de la correlación así como tampoco encontró valor útil en el análisis factorial.

Como psicólogo, Hathaway no sólo se dedicó al modelo experimental, también se movió en el modelo del aprendizaje, donde establece nuevos hábitos por medio del uso de campanas, electrochoques y castigos para reforzar patrones comportamentales nuevos.

A pesar de que todas estas maniobras lo ubican como un psicólogo conductista, en lo aparente, nunca se consideró como tal; con el correr del tiempo y la difusión del psicoanálisis y sus variantes, conoce a Carl Rogers y otros autores de línea analítica amigos suyos que lo animaban constantemente a que tomara partido del modelo o de alguna de sus escuelas, ideas que no acepta.

Sobre lo señalado en el párrafo anterior Hathaway declara: ....” No era porque yo tuviera una postura hostil en contra de cualquiera de estas orientaciones, incluyendo al psicoanálisis, exceptuando si aquellas posturas que se volvían culto o de sus líderes que suponían saber más de lo que sabían y no podían objetivamente demostrarlo “ ....

HISTORICIDAD DE LA CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCALAS CLINICAS DEL MMPI

En el año de 1938, Starke Hathaway y Jovian McKinley se propusieron reunir fases para construir una prueba psicológica, convencidos y movidos por la necesidad de obtener información clínica de forma estrictamente objetiva, para valorar la personalidad, entrando en tarea y viendo el problema desde diferentes ángulos, considerando las múltiples facetas del sujeto cuando usa y despliega su personalidad, creando para el efecto, escalas clínicas en forma de perfiles; los mismos que ganaron rápidamente utilidad en la investigación y práctica clínica de la salud psicológica.

Esta construcción en la parte estadística la modelan con base en los trabajos de Binett y Strong, autores conocidos por los instrumentos de evaluación psicológica con que aportaron, el primero con su escala métrica para la inteligencia y el segundo con su escala de orientación vocacional. Hathaway, ya en el año de 1939 y antes de iniciar su trabajo en conjunto con McKinley, observa el escaso recurso tecnológico que existía para aplicar y detectar a individuos con sospecha de neurosis; Ellos pusieron énfasis en el hecho de que sólo el inventario de personalidad de Benreuter podía diferenciar en su diagnóstico instrumental el cuadro de psicópatas constitucionales inferiores.

Los autores de la prueba intentan integrar la educación y la cultura del sujeto en el test, de tal forma que en la construcción de las frases, sean fácilmente comprendidas por cualquier sujeto que se enfrente a ellas, sin importar su nivel educativo o intelectual 17.

Todos los propósitos quedaron establecidos al construir la primera versión de la prueba a la que denominaron Registro Multifàsico de la Personalidad, donde adicionalmente se empeñan en valorar más subtipos de personalidad, siendo esto un avance en relación con el Benreuter que se encontraba a disposición. Estas frases que constituyen la prueba se basan en interrogantes que se formulaban al paciente para escudriñarlo, mientras otro tanto de las frases salen de preguntas válidas usadas en otros instrumentos que incluían escalas de orientación vocacional.

Las escalas clínicas originales del MMPI, fueron cuatro para dar carácter de validez y nueve puramente clínicas; Dehltron y Welsh a estas frases incorporan en la década de los años 60 algunas escalas adicionales a las originales diseñadas por Hathaway y McKinley18. Al analizar el sistema de preguntas usadas por la prueba definitiva, alrededor de ciento cinco corresponden a preguntas que muy frecuentemente usan los neurólogos, psiquiatras y psicólogos para elaborar sus historias clínicas, convirtiendo a la prueba en una situación de entrevista escrita; algunos investigadores muestran sorpresa y recriminan el test por el tiempo que se emplea en su ejecución.

La primera escala estudiada por Hathaway y McKinley, es hipocondría este grupo estaba integrado por pacientes neuróticos extremadamente preocupados por su bienestar físico y de salud, sin incluir sujetos con signos psicòticos o perturbaciones mayores en su personalidad19 denominándolo con las iniciales HS para identificar su escala y a las personas investigadas con sus cuestionarios, estableciendo un doble grupo de control para mayor seguridad al ubicar la escala clínica definitiva, seleccionaron pacientes con dolencias físicas sin problemas mentales y otro grupo de pacientes con tales problemas sin manifestaciones físicas; esas distribuciones indicaron que el 74.2% de los encuestados pertenecían al grupo de hipocondríacos, que se diferenciaron del primer grupo de control que registraron un 55.7% y el grupo de sujetos mentalmente sanos alcanzó un 58.1%; los autores de esta manera demuestran el carácter discriminativo de la escala, que fue confeccionada con frases declarativas a las que denominaron entradas.

La escala de depresión la constituyeron con iguales criterios que la escala HS; estos seleccionaron pacientes diagnosticados como depresivos y grupos de sujetos normales a quienes sometieron al interrogatorio instrumental preparado por los autores, logrando, adicionar a esto y de forma causal demostrar que las mujeres puntúan mas alto que los varones en el uso de la escala.

Una tercera escala clínica a la que denominaron psicastenia fue introducida para agrupar sujetos que tenían dudas exageradas, obsesiones y fobias a la que asignaron la abreviatura PT; Arieti en el año 1959 sostiene que la denominación de psicastenia se dejó de utilizarla llamándose a este grupo de signos y síntomas como trastorno obsesivo compulsivo; este terminó primario fue considerado para señalar la debilidad de la voluntad de un sujeto para impedir, ejercer o actuar forzado por sí mismo.

Para construir la escala histeria que fue abreviada como HI en la prueba, los autores han observado el mismo cuidado con que han desarrollado las otras escalas clínicas, cuidado que hace que dicha escala sea usada como una herramienta con fin diagnóstico particular; la dificultad que encontraron al diseñarla en el Hospital Mayo Memorial se relaciona con aspectos conceptuales y juicios de valor que los profesionales de ese hospital tenían frente al problema que Hathaway y McKinley consideraban; sin embargo en aquellos casos donde la manifestación conversiva era el signo principal, la coincidencia en el diagnóstico era evidente, los conflictos surgían cuando en la valoración del cuadro histérico se encontraba libre de síntomas neuróticos conocidos y asociados al cuadro principal; aquí las frases usadas debían ser tan amplías, la magnitud y variación del cuadro histérico, mas aún cuando estas frases tenían que evaluar las quejas somáticas y sociales de los pacientes.

La escala hipomanía MA tenía por objetivo evaluar los grados de excitación maniaca en pacientes depresivos; en la estructuración de la escala se utilizaron sujetos con esa patología, debido a que los casos severos no podían ser considerados porque no aportaban información objetiva por la naturaleza de su problema, esto genera un verdadero conflicto que al final los autores de la prueba los solucionan sin mayor explicación documentada declarando como válida esa escala clínica.

La escala de desviación psicopática DP está diseñada clínicamente para estudiar la personalidad en términos de conducta antisocial, producidos por daños serios en la estructura personal con expresión de mínima angustia y con poco o ningún sentido de malestar social, incluyendo en este cuadro la reacción antisocial, perversiones sexuales y alcoholismo. Todas estas manifestaciones son sintomáticas de una manifestación neurótica o psicòtica; Todos los pacientes que engrosaron este grupo tenían antecedentes confirmados de robos y problemas legales que el sistema judicial de Minnesota los ingresaba en el hospital de dicha localidad recibiendo diagnósticos de personalidad psicopàtica, por el grupo de expertos de dicho centro de salud mental, este colectivo quedó constituido por 100 reos de un reformatorio también de la localidad. Por esta situación y bajo esa realidad previamente establecida, incluían interrogantes que iban desde una mala adaptación social, la evaluación de un estado depresivo, la ausencia de experiencias agradables, pasando por ideas que generan paranoia20.

En la escala esquizofrenia (ES) los autores ponen mas atención al construirla, con la finalidad de lograr un alto grado de utilidad en la tarea diagnóstica, se probaron diferentes frases para buscar un tipo de respuestas lo suficientemente válidas en el grupo de cincuenta pacientes esquizofrénicos; sin embargo la escala definitiva y actual se la obtuvo con ciento cincuenta y dos oraciones que mostraron una notable diferencia cuantitativa en el grupo seleccionado. Sin duda esta escala requería mas control tanto en el momento de su elaboración así como de su ejecución, por el deterioro mental y la condición muy sui géneris del grupo valorado que tenía que validar las frases a utilizar.

La escala Paranoia (PA) fue manejada y considerada de la misma manera que la anterior, la selección del grupo estuvo determinada por el diagnóstico de paranoia o esquizofrenia paranoia, ideas de persecución, megalómanos y suspicaces con ideas de referencia, que emitiera el grupo de médicos expertos, todos lo sujetos que posteriormente serían evaluados mediante la escala, se la asociaría a la escala esquizofrenia para obtener el diagnóstico.

La escala masculino femenino (MF) los autores la obtuvieron comprobando las frases que eran interpretadas los grupos de sujetos heterosexuales, así como también de las respuestas de hombres y mujeres cuyas opiniones no se podían lograr con un grupo homogéneo, ante ello por no existir una variedad de subdivisiones, incluyeron homosexuales constitucionales.

En la escala L que es una de las escalas de validez, se utilizaron quince frases que presentaban situaciones deseables desde el punto de vista social pero que muy pocas veces la realiza un sujeto, son entonces actividades poco comunes de encontrar en el repertorio de las personas.

En su mayoría en esta escala puntúan con dos o tres opciones a lo mucho, por ello es que esta escala fue considerada para la validez de la prueba ya que si un sujeto alcanza un puntaje alto es por darnos una excelente imagen y por lo tanto esta falseando la prueba.

La otra escala de validez corresponde a la escala F, la constituyen sesenta y cuatro frases seleccionadas donde las personas normales solo dan entre dos a cuatro puntos, un mecanismo igual a la escala L.

La escala K se establece mas recientemente, constituye la más compleja de las escalas de validez, no tiene interpretación especial, sin embargo esta escala se combina con las escalas clínicas HS, DP, ES, MA, les añade un valor correctivo de ajuste, en aquellos casos las personas sin tener ninguna afección o padecimiento, se muestran de tal modo que los hace parecer sujetos anormales.

Así también alcanza a corregir a personas con padecimientos mentales que no parecen tener ninguno; para esto los autores buscaron oraciones que pudieran conseguir consecuentemente este objetivo.

Entre las pruebas objetivas más usadas en la época y por lo tanto populares, se encontraba el inventario de Woodwork y la prueba de Bernreuter; la primera de ellas no era aplicable a los pacientes sintomáticos por cuanto, esta se usó en la primera guerra mundial, para fines de reclutamiento de soldados norteamericanos y por lo tanto poseía un sistema métrico para la personalidad superficial.

Mientras que en el uso de la prueba de Bernreuter generó incomodidad por su escaso fundamento y profundidad en los resultados, al punto de considerado de baja calidad e inferior a la información que un entrevistador sin mayor experiencia podía opinar sobre su paciente y que este último ya hubiera advertido.


CONDICIONES Y PRINCIPIOS DETERMINANTES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL MMPI

Para Hathaway el análisis de varianza, la correlación, el análisis factorial y demás herramientas relacionadas con la estadística, resultaban improductivas, cuando pretendían con ellas medir la personalidad, no porque las ideas básicas de la estadística no lo pudieran lograr o fuesen insuficientes en la tarea, el problema radicaba en que los autores de pruebas de personalidad, en el proceso de cualificar los datos cuantificados, tomados en el proceso experimental, sesgaban por medio de la sobre interpretación que estrangula la objetividad y vicia el proceso de validez.

Las presentaciones de los psicólogos sobre las bases de pruebas comunes de personalidad le parecían triviales, debido a que estos artificialmente argüían como resultado de la prueba lo que los cuidadores y enfermeros reportaban sobre el paciente; esta realidad anima a Hathaway para que sueñe diseñar una prueba que fuera mas allá de lograr un informe del status mental del paciente, sino buscar que dicho instrumento pueda añadir información del mismo modo que lo hacen las pruebas fisiológicas de laboratorio que permitían descubrir un problema oculto.

En otras palabras pretendían una prueba que permitiera un trabajo objetivo y económico para resumir el significado del síndrome clínico, esto genera establecer una serie de principios que se ajusten al sueño de Hathaway para construir la prueba psicológica que el mercado del diagnóstico clínico que se necesitaba.

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